El motivo elegido para la intervención fue el anamorfismo. Se trata de un tipo de ilusiones ópticas fundamentadas en la perspectiva, que observada desde un punto de vista, aplana el espacio tridimensional. Se realizaron un total de cuatro intervenciones, todas ellas relacionadas con el nuevo sentido que se pretendía aportar al espacio intervenido, pues es ahí donde reside la verdadera naturaleza artística de esta intervención: el espacio deja de ser una casa para convertirse en un “contenedor de arte”, un espacio que pretendidamente suplanta al ya existente para hacernos reflexionar sobre el lugar donde reside lo artístico...lo que está claro es que esto no es un museo, ni una galería de arte... es tan sólo una intervención transformadora. Los cuatro motivos elegidos pueden tener diferentes lecturas, quizá tantas como observadores, aun así a modo de pista vamos a aportar algunas pequeñas pistas:
Nada más entrar en la casa, al fondo sobre una puerta metálica, se observa un retrato a gran escala de la manida Mona Lisa; pero no una copia fidedigna, sino una transformada por las nuevas tecnologías - más actual-, que nos anuncia que la casa a dejado de ser tal para convertirse en algo más. Es un guiño pretendido a la obra L.H.O.O.Q. que Marcel Duchamp realizara en 1919 como uno de sus famosos Ready-Mades, en la que se atrevía a plantarle un bigote a tan sagrado símbolo del arte, para explicarnos que el arte había cambiado de rumbo y de sentido.
Al llegar a la estancia principal, en una habitación que queda justo a la izquierda nos sorprende por obvia la frase “Usted está aquí”, que constata fehacientemente que el sujeto ha entrado en un contenedor de arte y no en una vivienda al uso. “Usted está aquí”, y desde esa postura artística debes observar el contexto, desde esa perspectiva anamórfica, que metafóricamente se encuentra pintada sobre la solería.
Nos giramos sobre la estancia principal y en una esquina, encontramos un guiño a la anamorfosis más famosa de la historia del arte, la calavera que se encuentra en el cuadro de los Embajadores de Hans Holbein el Joven, pintado sobre el año 1533 y que actualmente se encuentra en la National Gallery de Londres. Este cuadro se enmarca en la categoría de las Vanitas, «Vanitas vanitatum omnia vanitas» («Vanidad de vanidades, todo es vanidad»)que diría Eclesiastés, que reflexiona sobre la utilidad de los placedes mundanos -y el arte, por qué no- ante la certeza de la muerte.
Por último, al intentar abandonar la estancia, comprendemos sorprendidos que el arco por el que habíamos accedido ha desaparecido. Se ha borrado bajo el influjo del arte para atraparnos en ese estado mental -el artístico- que modifica la mirada con que deberíamos -sino fuera una tarea harto exhaustible- observar todo, lo cotidiano incluido, como hemos intentado en esta intervención sobre una casa tradicional de nuestro pueblo.
Esperamos que en breve podáis visitarla y que os guste.
Flor Rodríguez de Almansa
Juan M. Torrado
(Profesores de la asignatura)