Publicado en el Diario Regional HOY del 7 de diciembre de 2011
Alumnos y profesores del instituto Juan Calero de Monesterio plantan encinas con bellotas para convertir en dehesa un terreno yermo.
Cien alumnos que siembran un centenar de encinas en un terreno yermo, con la intención de convertirlo en un encinar. La idea surge del departamento de Ciencias Naturales del Instituto de Secundaria Maestro Juan Calero de Monesterio, en colaboración con el ciclo formativo de grado medio, de atención sociosanitaria.
La experiencia, según explica el profesor de biología Pablo Ramos, consiste en hacer partícipes a los más jóvenes, de la necesidad de conservar nuestro medio natural, y más concretamente de «potenciar nuestra dehesa».
En este sentido, la salida al campo para la siembra de bellotas no ha sido más que la culminación a una serie de actividades didácticas desarrolladas en clase, con la intención de dar a conocer las bondades, tanto medioambientales, como socioeconómicas de este manejo ancestral, tan propio de este territorio.
Clase práctica
Los alumnos crearon dehesa tal y como se ha venido haciendo miles de años atrás, es decir, sembrando directamente la bellota, que es la mejor manera de garantizar que la planta enraíce en las mejores condiciones posibles. La bellota hay que plantarla a una profundidad de unas dos veces y media su tamaño, con ello, explica Ramos, «garantizamos que no sufran el ataque de pequeños roedores y otros animales que podrían comérselas». Además, es conveniente colocar una piedra sobre la bellota plantada, con orientación sur, con ello «se consigue que los rayos de sol den directamente sobre la planta durante su primer verano de vida». Estos dos simples consejos y, desde luego, elegir la época óptima de siembra, son más que suficientes para garantizar que la planta brote, y en unos pocos años se convierta en un pequeño árbol, que con el paso del tiempo llegue a formar parte del paisaje adehesado extremeño.
De forma teórica, los alumnos también conocieron otra alternativa para la siembra de la encina, en este caso, con la intención de aumentar la posibilidad de supervivencia del árbol, micorrizando la bellota, es decir, añadiendo las esporas de un hongo, con lo que se consigue que la planta absorba mejor la humedad, y las sales minerales
La plantación se ha realizado en un terreno próximo al municipio, con la intención de que los alumnos puedan seguir el crecimiento gradual de su dehesa. Tras el enraizado de la planta, la próxima primavera ya podrán contemplar los primeros brotes.
El resto, hasta convertirse en los majestuosos árboles sobre los que se cimenta la economía agroganadera de nuestra región, dependerá del tipo de suelo, y de las condiciones climatológicas que acompañen su periodo de crecimiento.